lunes, 5 de septiembre de 2016

Cuando en mi jardín sólo crecen limones, yo piso piedras

Abro los ojos por primera vez en mucho tiempo y todo es parecido a como era antes pero más lento. Dejé de correr hace meses y no alcanzo a ver cuándo podré volver a hacerlo. La enfermedad es una invitada molesta que no avisa antes de aparecer cargada con su equipaje de pesar. 

Después de muchos meses transitando los caminos del dolor descubrí que a veces la paciencia y la voluntad no sirven. Cuando te quedas sin plan B, el plan C del cirujano no parece tan malo. Cuando los planes de futuro se quedan en el pasado y el ahora es lo único que tienes, cada día se convierte en un objetivo en sí mismo. 

Tras meses sin poder correr ahora vuelvo a recuperar el control de mi cuerpo y mis pies descalzos vuelven a ensuciarse caminando. 



Si la vida me da limones debería hacer limonada, pero he preferido beberme el zumo de los limones sin endulzar mientras aprendo a disfrutar caminando descalza. Sé que el momento de volver a correr llegará pero no tengo prisa.